Esta foto técnicamente no es de muy buena factura, pero es que hay ocasiones en las que uno debe disparar para captar el momento o el lugar aunque sea por razones sentimentales. Los que reconozcáis el enclave me entenderéis y estaréis conmigo en que esta localización había que inmortalizarla para siempre y evitar que el paso del tiempo pueda jugar una mala pasada a nuestro cerebro. ¡Viva el cine!
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